Líneas 23-33
El templo es muy grande y muy bonito. Contemplan
mucho tiempo las estatuas, que adornan todo el templo.
Las puertas están abiertas. Así que los niños suben y
entran. Todo el interior (todas las cosas del interior) está
oscuro (están oscuras), pero en la parte de enfrente ven
con dificultad la estatua de Atenea, el más bello trabajo
de Fidias. La diosa brilla con el oro, y lleva (llevando) la
Victoria en su mano derecha y en su mano izquierda el
escudo. Así pues, los niños al contemplarla (contempláridola)
tienen miedo y a la vez se alegran. Fifipo se
acerca y alzando las manos suplica a la diosa: «Atenea
Parthenos, hija de Zeus, protectora de la ciudad, sé propicia
y escúchame a mí que te suplico; salva a la ciudad y
sálvanos de todos los peligros». Entonces vuelve hacia
Melita y la I/eva (conduce) fuera del templo.
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