martes, diciembre 25, 2012

Sí al buey y al asno en el establo a través del latín

La reciente y engañosa polémica sobre la presencia del buey y el asno en el Belén nos enseña al menos dos cosas: que las afirmaciones deben ser contrastadas con la fuentes y que el contacto directo con los textos, que eso es la filología, es el punto de partida de cualquier conocimiento. 
El Papa en su libro La infancia de Jesús dice en las páginas 76-77: Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno. Por lo tanto las afirmaciones en prensa que dicen lo contrario, faltan claramente a la verdad. Cuando todavía era cardenal Joseph Ratzinger habló claramente sobre la simbología del buey y el sano en el pesebre. Léelo aquí.

Además, si aprovechamos nuestros conocimientos de latín veremos que el buey y el asno provienen de los evangelios apócrifos. 

El buey y el asno en el establo (Evangelio del PseudoMateo, XIV) 
Tertia autem die nativitatis Domini egressa est Maria de spelunca, et ingressa est stabulum et posuit puerum in praesepio, et bos et asinus adoraverunt eum. Tunc adimpletum est quod dictum est per Isaiam prophetam dicentem: «Cognovit bos possesorem suum et asinus praesepe domini sui». Ipsa autem animalia in medio eum habentes incessanter adorabant eum. Tunc adimpletum est quod dictum est per Habacuc prophetam dicentem: «In medio duorum animalium innotesceris». In eodem autem loco moratus est Ioseph et Maria cum infante tribus diebus. 

Cuestiones 
 • ¿En qué momento salió María de la cueva y se mudó al establo poniendo al Niño en el pesebre? 
 • ¿Qué animales están presentes en el nacimiento de Jesús? 
 • ¿Por qué aparecen en nuestros belenes un buey y un asno? Ten en cuenta que el nacimiento de Jesús estaba profetizado por los profetas del Antiguo Testamento como Isaías y Habacuc. 
 • Otra explicación de la presencia del buey y el asno es que el buey representa una alusión al becerro de oro que adoraron los israelitas, y el asno era objeto de devoción en culturas como la griega. Ambos son símbolos de la idolatría de los «religiosos» (adoración de otros dioses) y de los «sabios» (Grecia como cuna de sabiduría) de este mundo que se postraban humildemente ante su Señor. 

Por otro lado, los dos animales representan a la humanidad que de por sí desprovista de entendimiento llega a conocer al Hijo de Dios que reclinado en un pesebre, lugar donde se coloca el alimento, se nos ofrece como verdadera comida de nuestra vida en la Eucaristía, nuevo pesebre.

 Más textos latinos sobre la Navidad en mi artículo de Thamyris.

¡FELIZ NAVIDAD!

1 comentario:

Luis Inclán García-Robés dijo...

¡Feliz Navidad, Fernando! Que paséis unos días bien agradables en familia.
Te felicito también por el post: muy acertado y oportuno para que la gente sepa la verdad.
Saludos cordiales.