"La juventud es tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la verdad. Como ya dijo Platón: “Busca la verdad mientras eres joven, pues si no lo haces, después se te escapará de entre las manos” (Parménides, 135d). Esta alta aspiración es la más valiosa que podéis transmitir personal y vitalmente a vuestros estudiantes, y no simplemente unas técnicas instrumentales y anónimas, o unos datos fríos, usados sólo funcionalmente.
Por tanto, os animo encarecidamente a no perder nunca dicha sensibilidad e ilusión por la verdad; a no olvidar que la enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes habéis de comprender y querer, en quienes debéis suscitar esa sed de verdad que poseen en lo profundo y ese afán de superación. Sed para ellos estímulo y fortaleza."
Y recomiendo la lectura del discurso completo en el que se armonizan admirablemente fe y razón.
4 comentarios:
Suscribo todo lo que citas del discurso del Papa, Fernando.
Yo también lo escuché por la TV i me encantó.
Creo que es bueno hacerse eco de estas cosas, sobre todo por el 'papanatismo' reinante en muchos medios...
Gracias y un abrazo.
Lo que dijo el Papa le acredita por igual como cabeza de la iglesia que como el gran intelectual que es. También yo, como vosotros, he tenido gente joven en el aula (di primer ciclo de empresariales) y sé lo necesitada que está nuestra juventud de maestros, dignos de su nombre, que sepan guiarla. Desgraciadamente, tiene mucha razón Luis en lo que dice, y resulta penoso ver la cantidad de "intelectuales" que se consideran obligados a mostrarse contra lo religioso por sistema y sin análisis ninguno.
¡¡¡Allí estuvimos nosotros por las calles animando al Santo Padre!!!
El discurso me lo leo por lo que me toca como mamá educadora. Un abrazo.
No hace falta que el Papa diga que el profesor enseña con su vida, etc. ya antes nos lo dice el sentido común --también muy denostado hoy día--. Sí que me parece necesario (y urgente) un testimonio de profunda sabiduría y coherencia intelectuales para nuestro mundo académico tan falsamente mercantilizado y por tanto, completamente sin Norte.
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