viernes, mayo 08, 2020

Reseña de Un día en Pompeya en el blog Oppida Imperii Romani


 
Copio aquí un extracto de la resena que ha realizado Javier Andreu en su estupendo blog Oppida Imperii Romani:
[...] Hace apenas unos meses, Fernando Lillo ha publicado, con Espasa/Planeta de los Libros, un nuevo libro, Un día en Pompeya (Barcelona, 2020). El libro, asequible en precio, manejable, extraordinariamente bien editado y con un repertorio de ilustraciones muy bien escogidas y cuidadas, relata un día cualquiera en la vida de Pompeya a partir de tres grandes secciones de corte cronológico: la mañana -"Pompeya se levanta y trabaja" (pp. 17-90)-, la tarde -"Pompeya se da un respiro" (pp. 91-112) y "Pompeya se divierte" (pp. 113-136)- y la noche -"Anochece en Pompeya" (pp. 127-174)-, cuatro capítulos por los que, con extraordinaria habilidad, Fernando Lillo va describiendo aspectos de la vida cotidiana de la sociedad pompeyana -y, por tanto, por el carácter paradigmático de ésta, también de la romana- que, con una pluma cautivadora y un rigor fuera de toda duda, harán las delicias de cualquier amante del mundo romano sea cuál sea el grado de conocimiento que tenga de éste. Así, el volumen, un magistral y envidiable híbrido entre el ensayo y la novela, convierte en protagonistas a muchos de los personajes arriba citados -y que desfilan por las inscripciones pompeyanas, especialmente por las parietarias- que cobran vida en el libro de Lillo y, que a partir de ellos, le permiten al autor introducir escenas de la vida cotidiana romana. Así, por ejemplo, la llegada de Euphemus a la ciudad sirve para un recorrido muy visual por los suburbia urbanos y por los principales edificios de la colonia (pp. 19-31) y la entrada en escena de G. Cuspius Pansa le sirve a Lillo para explicar cómo funcionaba la petitio, la campaña, electoral (pp. 32-44) de igual modo que la proclama de la condición de "buen panadero" de G. Iulius Polybius, que antes vimos, le ayuda a presentar con pormenores el mundo del trabajo y de la producción en Pompeya en uno de los capítulos más deliciosos (pp. 45-52) que entronca con otros dedicados, a propósito de Stephanus, a los fullones (pp. 76-81) o a las prostitutas, taberneras y empleadas de cauponae, negocios que se describen de la mano de las Asellinas, de Zmyrna o de Fortunata (pp. 93-101 y 139-147). Cuestiones poco conocidas del mundo romano, como el funcionamiento de la banca o las escuelas son introducidas a partir de las figuras de Caecilius Iucundus (pp. 53-62) y G. Iulius Helenus (pp. 63-75) al tiempo que otras más conocidas -como el funcionamiento de las termas (pp. 102-112), los ludi scaenici (pp. 130-136) y las uenationes y munera gladiatoria (pp. 115-129), los cultos orientales (pp. 82-89) o la vida en las uillae suburbanas (pp. 156-174), acaso el último capítulo de menor base epigráfica pero que rinde homenaje a uno de los atractivos arqueológicos del entorno vesubiano, la Villa dei Misteri aneja al Parco Archeologico di Pompeii- son introducidos a propósito de los ya citados Labicula, Celadus, Actius y Popidius Natalis. Por si fuera poco, además, el volumen cierra con un delicioso, magistral y documentadísimo capítulo, "Realidad y ficción" (pp. 197-226) donde, antes de la lista de personajes (pp. 227-232), el autor expone sus fuentes, recomienda útil y actualizada bibliografía -que recoge en un equilibrado pero actualísimo listado al final del volumen (pp. 235-243)- y siembra inquietudes en quien desee saber más dejando abiertas muchas cuestiones que, seguro, satisfarán a los más curiosos. 
En definitiva, un libro no sólo entretenido sino, además, sensacionalmente útil, muy bien documentado, capaz de generar inquietud por la investigación -y en particular por la investigación epigráfica y por los estudios sociales de la Roma antigua- en quien lo lea y en el que se perciben todas las cualidades que han hecho de su autor, Fernando Lillo, un indiscutible -¡pero siempre honesto!- referente en la divulgación y en la didáctica del mundo clásico. Resta sólo desear, recuperando el espíritu del post "fundacional" de Oppida Imperii Romani, ualeat qui legerit (CIL, IV, 1679). Totalmente recomendable como cada uno de los libros que traemos a la sección Volumina de este blog y como otros que, aunque no han figurado en esta sección, forman parte de la misma serie en que se inscribe el que aquí hemos reseñado, como el de MARQUÉS, N., Un año en la antigua Roma, Espasa, Madrid, 2018 o el de DEL RÍO, E., Latin lovers, Espasa, Madrid, 2019.

No hay comentarios:

Publicar un comentario